Este es un pequeño sitio, hecho desde el cariño, donde recopilaremos trocitos de sabiduría para Matilde.
Cuando sea mayor y viva su propia aventura, decidirá si quiere o no hacernos caso...
Pero siempre podrá contrastar nuestros particulares puntos de vista :)

jueves, 5 de enero de 2012

Fiestas (y más fiestas)

Bueno Matilde. Te he dejado unos días de reflexión: las Navidades lo merecen. Como primeras Pascuas habrás observado, con esos ojos que terminan en largas pestañas que sé que tienes, cuántas cosas raras hacen los adultos. 

Para empezar, antes incluso de la "Navidad" ya empiezan a salir a comer. Y a cenar. Con unos, con otros. En un sitio, en otro. Y venga a pensar en no repetir modelito salvo si son con gente totalmente distinta. Al final, casi siempre se come lo mismo, y si no, da igual: siempre se come mucho (de lo que sea). Lo único bueno que tiene este adelantamiento de las fiestas es que desde principio de mes puedes ir por la calle embobada con las luces, variadas y numerosas. Tu mala suerte: que este año has estado malita y te han quitado del fresquito de las calles.

Cuando ya llegan los días propios de Navidad, empiezas a seguir comiendo, cenando, champanes, vinos, langostinos, jamón, caña de lomo (Mati, en cuanto que tengas dientes y comas de todo, deberás probar una buena de estas: verás que es de lo mejor del mundo). Y venga mantecados, mazapanes, almendras rellenas. Y a reír y a charlar, y ruidos de copas y platos, tenedores. Debes estar pensando que todos los adultos están loqueras. Te entiendo.

Sin ir más lejos, el día 31 hay que esperar a las 00 horas antes de poder dar la cabezadita. Y sé que miras absorta cómo se comen en un abrir y cerrar de ojos 12 uvas, con sus pepitas y todas sus cosas. La misma madre que seguro te riñe cuando quieres abrir la boca para una nueva cucharada de fruta sin haber tragado la anterior. Lo que te quedaba por ver. 

Sé que pensarás que esta festividad no hay quien la entienda, ni quien la levante... pero no. Hay esperanza. Después de que los mayores hagan todos estos números, llega el día 5. Y nos vamos a la calle, abrigaditos y vemos pasar un montón de carrozas de colores, con gente subida que tira cosas. Aún no sabes que son caramelos, pero ya lo sabrás :D. Cuando consigues un sitio donde ninguna señora con paraguas boca abajo abierto te impida ver, disfrutarás de los Reyes, que hacen un recorrido largo en carrozas antes de empezar con el reparto. Esa noche, Matilde, hay que dormir temprano porque a la mañana siguiente, al levantarte, encontrarás los regalos que te han dejado al pasar por tu casa. Aquellos que pediste en una carta (o pidieron por ti, que aún no sabes escribir), u otros, a cuáles más bonitos.

Y vas a ver a toda la familia, y a seguir comiendo, pero ahora todo tiene más sentido. :)

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